Son escasas las informaciones que conservamos de la biografía del
médico alemán Hieremias Gundlach. Que procedía de Nürnberg parece seguro, tanto por su
apellido como porque así lo afirma Paul Jenisch en los agradecimientos de su crónica de
Annaberg (Paulus Ienisius, Annaebergae Misniae urbis historia in 2 libros digestae;
prior urbis descriptionem ... proponit, alter annales exhibet; acc. de incendio ad 27
aprile anno 1604, Dresdae, 1605), donde lo describe como un hábil y aplicado joven
que había leído algunas de las primeras porciones del manuscrito de su obra y que al
mismo tiempo le había evitado muchos gastos y esfuerzos ("Jeremias Gundlach von
Nürnberg, eines geschickten und fleißigen Jünglings, der meine ersten Stücke, die ich
flüchtig verfaßt hatte, fleißig durchsah und mich vieler Mühe und Unkosten enthoben
hat"). Este comentario, su profesión, la erudición que emana de su obra, los medios
bibliográficos de que dispuso y los viajes que realizó, apuntan a que Gundlach tenía
una sólida formación, notables recursos económicos y disfrutaba de una posición social
acomodada. De la misma noticia se desprende que en su juventud pudo haber residido o haber
pasado estancias largas en Sajonia.
No sabemos por qué motivo concreto Gundlach, como otros
científicos de su época, viajó por España y Portugal durante los años 1598 y 1599
recogiendo multitud de datos históricos y geográficos con los que confeccionó una
descripción de los reinos de España (Nova Hispaniae Regnorum Descriptio)
terminada en 1606, que se conserva en la Biblioteca Nacional de Austria (Cod. 6481)
y es prácticamente desconocida por la bibliografía hispana. Incluye numerosas
ilustraciones: mapas geográficos, vistas topográficas, aunque
no originales sino tomadas en su mayoría de las Civitates orbis terrarrum de Georg
Braun y Franz Hogenberg (Köln 1572-1618), diseños de edificios y dibujos
arqueológico-epigráficos que, probablemente, tampoco sean originales suyos. Los pueblos
y ciudades recorridos se recogen en un index huius operis copiosissimus de veinte
páginas, que facilita la localización dentro del códice.
Es esta obra una especie de "manual culto" para el
viajero, en la que utiliza un gran número de ediciones de su época sobre historia y
topografía de la Península Ibérica que enumera al principio: además de la ya citada de
Braun y Hogenberg, utiliza la parte dedicada a España en las obras geográficas de
Abraham Ortelius así como las obras del médico Carolus Clusius la del botánico Adolphus
Occo y los papeles del diplomático y también botánico Augerius Busbecqius, a Iohannes Gruterus, Iustus Lipsius, Andreas Navaggiero, Andreas
Schottus y Jacobus Strada. Es indudable que manejó los Rerum
Hispanicarum Scriptores aliquot impresos por Andreas Wechel en Frankfurt en 1579 y se
sirvió de diversos autores hispanos para componer su obra, entre otros, de Jeroni Pau,
Alfonso García Matamoros, Alfonso de Castro, Alfonso de Cartagena, Alvar Gómez de Castro, Antonio de Nebrija, Antonio
Agustín, Arias Montano, Juan de Mariana, Lucio Marineo Sículo o Andres Resende.
Gundlach dividió su obra en cinco grandes apartados: el primero
dedicado a la historia y geografía general de España se ilustra con mapas de Ptolemeo,
Estrabón y Ortelio. En él se refiere a los antiguos pueblos de Hispania y a su
religión. Establece una genealogía desde Julio César hasta Felipe III. En los apartados
II a IV describe la península según las circunscripciones administrativas romanas
empezando por la antigua Bética, después la Tarraconense y por último la Lusitania y en
ellas describe pormenorizadamente las localidades más importantes concediendo un lugar
destacable a su historia y monumentos antiguos. En la quinta parte hace una breve
descripción sobre las costumbres, gentes y lugares de la Península a modo de consejos
basados en su experiencia para facilitar la ruta al viajero (brevis quaedam instructio
persignificans, qua illi qui in Hispania profecturi sunt, facilitate et itineris
commoditate totam hanc regionem perlustrare, ac visu digna compendiose et cum summa tum
temporis, tum sumptum usura singula observare poterunt a me anno 1598 et sequente
observata, f. 354). Entre las antigüedades da dibujos del teatro de Sagunto y del
"puente de Hércules" de Segovia, pero son las inscripciones romanas las
verdaderas protagonistas, en las que siempre indica sus fuentes y a veces dibuja los
soportes.
Alcalá de Henares está incluida en la tercera parte de la obra
(pp. 576-577), dentro de la provincia Tarraconense. Comienza la disertación discutiendo
el nombre vulgar y el antiguo: Alcalá de Henares vulgari idiomate. Sic appellata
civitas est Castiliae novae sive regni Toletani in Hispania Tarraconensi. Complutum
Ptolemeo et Prudentio Carpetanor(um) civitas. Sic eandem in antiquis eius loci
inscriptionibus vocari tradit Carolus Clusius. Complutenses incolae Plinio cognominantur.
Dicitur autem Alcola de Henarez a flumine Henarez ad differentiam aliarum eiusdem nominis
ut Alcola real). A continuación indica la distancia a Madrid y la longitud y la
latitud (sita est sex a Madritio, Regia scilicet sede, miliaribus; cuius
longitudo est 17 grad. 36 min. Latitudo vero 40 gr 50 min), las cualidades del clima,
del terreno y su fertilidad, así como su salubridad: caeterum hanc civitatem bona
aeris temperie seu salubri caeli constitutione frui, ac fertilissimo amoenissimo loco sitam, et tandem optimam
habere qualitatem non solum ex aliis multis indiciis et rerum argumentis constat, verum
etiam ex illis quae nunc subjiciemus, conjicere minime est difficile. Lucius
Marineus Siculus hoc se compertum scribit quod eius incolae adeo suis proventibus et
omnibus rebus abundat ut nullis aliunde bonis indigeat. No puede faltar en el relato
la alusión a su Universidad, al estudio de la teología y la mención al cardenal
Cisneros y a su sepulcro: est praeterea una ex praecipuis Hispaniae Academiis
Universitas clarissima et propter studium Theologiae quod ibidem prae ceteris florit
maximopere celebris. Inter alia privilegia huic academiae donata hoc rectori datum ut
praebendas conferat ecclesiae S. Iustinae (sic), easque doctoribus universitatis
distribuat. Non v. aliis hoc concessum, ut ex libro quodam mihi intellectum habeo. Habet
etiam collegia plurima, magnifica, splendida, superba et ampla, quidam viginti et tria
numerant, inter ea autem omnium pulcherrimum palatii instar regii magnificissimum
Cardinalis Francisci Ximenez qui in eiusdem sacello mira arte aedificato monumentoque
pulcherrimo sepultus iacet. Tandem templum quoque Cathedrale non praetereundum cum
adjuncta domo episcopali, more regio exornata. Aedificia pleraque huius civitatis arcubus
ac porticibus incumbent quemadmodum Bononiae vel Patavii in Italia.
Por último les llega el turno a
las inscripciones, entre las que incluye, erróneamente, una de Tarragona (CIL II 4119),
una de Mérida (CIL II 554) y una falsa de Medinaceli (CIL II 268*). Según indica al pie
de ellas las toma de A. de Morales, J.
Strada, A. Schott, F. Robortello y J. Gruter, pero de los
errores que comete se desprende que ha utilizado a todos estos autores a través de una
fuente secundaria, en este caso, del corpus del último.
En la obra de Gundlach, de mínimo valor para la epigrafía
complutense, hay un detalle que sin embargo demuestra la importancia y el significado que
para el autor tenía Alcalá de Henares (p. 14 bis): incluye un mapa de España con forma
de cabeza de mujer, que sería la de Europa, cuyas partes son alegorías de las regiones y
ciudades. Los sentidos identifican cada zona, a Alcalá corresponde al oído, y a ellos
aluden los siguientes versos yámbicos escritos por el poeta Cristoph Reich:
Auditus
Hyems gelu dum rura claudit horrida,
In Carpetanorum sedet Rex Mantua
Et haec in Auris infimam partem incidit.
Circa sed aurem sunt Toletum et Pintia
Et hanc per aestatem incolit Rex Regiam.
Sed illa Cancellario Regis domun
Sedemque praebet perpetem Salmantica
Alumna Iuris atque Complutum, Sacrae
Sedes Minervae, non procul sunt dissitae
Ab his et illis comparet primum quidem
Sibi favorem quisquis audientiam
Clementiorem Regis ambit optimi.
© H. Gimeno Pascual
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