Nota legal | Búsquedas |  Mapa del sitio | Contacto | Accesibilidad  
CORPVS INSCRIPTIONVM LATINARVM II
    
Inicio >>Anticuarios y Epigrafistas>> Siglos XVI-XVIII>>
separador
separador
JERÓNIMO ZURITA Y CASTRO
(Geronimo Çurita; Zaragoza 04-12-1512-Zaragoza 03-11-1580)
separador

Historiador y cronista del reino de Aragón, Jerónimo Zurita fue hijo de Miguel Zurita, médico de Cámara del rey Fernando el Católico y del emperador Carlos V. Alumno en la universidad de Alcalá de Hernán Núñez de Guzmán, el "Comendador griego", estudió lenguas clásicas y retórica y no descuidó el aprendizaje del francés, italiano, portugués, y catalán, lenguas que manejaba con soltura. Además de recibir una completa formación en Humanidades, su carrera, como la del resto de alumnos complutenses, estaba orientada a formar parte de los cuerpos de élite de la Administración: en 1530 fue nombrado por Carlos V juez ordinario y foral de la ciudad de Barbastro y de la villa de Almudévar, continuo de su Real Casa y más tarde baile de la ciudad de Huesca; gracias al secretario de la Inquisición Juan García, padre de su mujer Juana García de Oliván, ocupó el cargo de coadjutor en esta secretaría sirviendo como tal al cardenal Juan Tavera, miembro del Consejo de Estado, inquisidor general y arzobispo de Toledo; en 1548 ejerció como contador general de la Inquisición en la Corona de Aragón y en este mismo año inició su trabajo como primer cronista del reino de Aragón. A partir de entonces comenzó la tarea de búsqueda de documentación para la cual, en 1549, obtuvo las órdenes reales que le franquearon el paso a todos los archivos y bibliotecas de la Corona. Viajó por España, Italia y los Países Bajos y en ellos se proveyó de numerosos impresos y manuscritos. En 1566, Felipe II le nombró secretario de su Consejo y Cámara, así como de la Inquisición y protonotario de los reinos de la Corona de Aragón. Por su profundo conocimiento y experiencia en la documentación de archivos fue requerido para la organización del archivo de Simancas. Sus dotes como bibliófilo no fueron menores: su magnífica biblioteca de impresos y manuscritos, famosa en volumen y calidad, que había sido legada a su muerte a la cartuja de Aula Dei de Zaragoza, fue objeto de deseo de algunos nobles como Gaspar de Haro y de Guzmán, el Conde–Duque, que no cejó en su empeño hasta arrebatársela a los frailes para aumentar la suya propia.

Los Anales de la Corona de Aragón, obra capital de Zurita -quo viro alium Historicum non habuit Hispania graviorem (Mayans, 58-59)-, que abarcan desde la invasión musulmana hasta el reinado de Fernando el Católico y en la que trabajó durante treinta años, le impidieron una mayor dedicación a la Historia Antigua por la que sentía especial interés, como demuestran la colección de medallas y monedas antiguas que poseía así como el cuaderno de inscripciones procedentes de todos los puntos de Hispania, fruto del intercambio de información sobre epigrafía, numismática y topografía antigua con una extensa red de humanistas -entre ellos el inquisidor Martín Pérez de Oliván, Antonio Agustín, Juan Fernández Franco, Honorato Juan, Ginés de Sepúlveda, Ambrosio de Morales, Florián de Ocampo o Andrés Resende- que, junto con otros papeles suyos, constituyeron el núcleo inicial del Codex Valentinus (Madrid, Biblioteca Nacional ms. 3610), el cual perteneció, a principios del siglo XVII, a Gaspar Galcerán de Castro, Conde de Guimerá.

Algunas de las copias de inscripciones que están en el Codex Valentinus son resultado de autopsias personales de Zurita, en viajes de los que no siempre conocemos la fecha, a partir de lecturas que ya le habían enviado o había conocido previamente. Así sabemos que él mismo verificó textos en Peñalba de Castro recibidos de Florián de Ocampo y añadió sus autopsias directas de otras tantas inscripciones que vio en ese mismo viaje realizado en torno a 1548, entre ellas, algunos miliarios de la calzada romana de Uxama a Soria, así como diversas inscripciones romanas de Numantia y Uxama que le permitieron identificar Augustobriga con Muro de Ágreda (Soria). También se conoce la fecha de su viaje a Italia, 1550, en el que copió inscripciones en Nápoles y Puteoli y en el que se entrevistó en Roma con algunos humanistas españoles como Antonio Agustín, Luis de Lucena y Juan Páez. No podemos determinar, sin embargo, el de un viaje a Andalucía en el cual visitó Córdoba, donde pudo comprobar inscripciones, que había recibido de su círculo de amigos, entre ellas una (CIL II 2301) de Juan Fernández Franco sobre la que anotó "yo vi esta piedra y no esta como aqui dice sino assi". También comprobó los miliarios que habían aparecido al principio de la década de los 30 en el Patio de los Naranjos de la mezquita (CIL II 4701 y 4712). En la misma época pudo haber estado en Alcolea del Río y Peñaflor de donde obtuvo algunos textos. De una estancia en Barcelona se conserva, entre sus papeles, la copia anotada por él del texto de un pedestal (CIL II 4514) sobre el que consulta a Antonio Agustín (Dormer, 403). A través de su correspondencia tenemos constancia de su paso por Valencia, en 1560, fecha en la que quizá pudo conseguir inscripciones de dicha localidad. Asimismo es muy probable que hubiera visitado en Segobriga el "delubro de Diana" (cf. Dormer, 425).

Testimonio de su afición a la epigrafía y otros temas de la Antigüedad son las palabras que en una carta fechada en 1548 escribió a Juan Páez de Castro: "bien se que cuando yo vaya hallare a V.M. con gran riqueza de libros y inscripciones de nuestra España, yo procurare paria facere, para que cuando nos veamos, placiendo a Dios lo confiramos y passemos la vejez desnudamente, que todo esto de letras me parece que es viatico para toda la vida, pero mas necesario para la vejez" (Dormer, 480). De la escrupulosidad de sus copias son buena prueba las anotaciones marginales de sus schedae en las que corrige los textos, o, sus dibujos que demuestran la pericia, la calidad y la objetividad de Zurita que, si como historiador es modélico en cuanto al respeto a las fuentes, en lo que respecta a la epigrafía, no lo es menor como evidencia el intercambio epistolar que mantiene con Antonio Agustín hasta cinco meses antes de su muerte sobre cuestiones epigráficas: desde Lérida (años 1564-1577) escribe Agustín (Dormer, 391) a Zurita sobre la inscripción del conde Wifredo de la iglesia de San Pablo del Campo. Desde la misma ciudad le envía la copia de un senado consulto (Dormer, 394) y le comenta el texto de una inscripción de Barcelona (CIL II 4514). Desde Barcelona (Dormer, 395-396) vuelve sobre esta última inscripción y le comenta acerca de otra (CIL II 4546). También las inscripciones de la ciudad de Roma como la de la columna rostrata, son objeto de consulta (Dormer, 399-400). Su aportación a la epigrafía complutense, sin embargo, se reduce exclusivamente a que gracias a sus papeles del Codex Valentinus no se han perdido las inscripciones complutenses del Libro de Florián de Ocampo así como dos dibujos de J. Fernández Franco de dos inscripciones perdidas.

A pesar de que la pericia de Zurita es reconocida por sus sucesores (qui multiplici rerum cognitioni adjunxit summam Antiquitatis peritiam Mayans, ibidem), los trabajos relativos a la Antigüedad que abordó apenas transcendieron. Así su tratado, escrito poco antes de su muerte, sobre los límites de la Cantabria romana no se editó hasta 1683; sus enmiendas y anotaciones a diversas obras y autores antiguos -entre ellos Julio César, Cicerón, Salustio, Claudiano y Plinio- permanecieron manuscritas. Pero como se desprende de su correspondencia con diversos eruditos, a Zurita le atraía, especialmente, el estudio de las calzadas y la topografía antigua y fruto de ello fue su Itinerario de Antonino (Itinerarium Antonini Augusti... quorum hoc nunc primum est editum, Coloniae Agrippinae, in officina Birckmannica sumptibus Arnoldi Mylii, 1600) de cuya edición se encargó el humanista Andreas Schott, quien, además, por encargo de su hijo, compuso también el epitafio destinado a la tumba del cronista en el monasterio zaragozano de Santa Engracia.

HIERONYMO SVRITAE
MICHAELIS F. GABRIELIS N. CAESARAV-
GVSTANO HISTORIAE ARAGONIAE
DILIGENTISSIMO, ATQVE ELECTO SCRIPTORI
PATRI B. M. HIERONYMOS F. POSVIT.
VIXIT ANNOS LXVII. MENSES XI.
OBIIT CAESARAVGVSTAE
III NON. NOVEMB. MDLXXX.
 
 
Zurita1
Jerónimo Zurita
 
 
 BIBLIOGRAFÍA: J. Zurita, Cantabria, descripción de sus verdaderos límites, estudio preliminar por J. M. Iglesias Gil, Santander, 2000; G. Mayans i Siscar, Introductio ad veterum inscriptionum historiam litterariam, ed. de L. Abad y J. M. Abascal, Madrid, 1999, 58-59; D. Dormer, Progresos de la Historia en el Reyno de Aragón y elogios de Gerónimo Zurita su primer coronista, Zaragoza 1680; F. Latassa y Ortín, Biblioteca nueva de los escritores aragoneses que florecieron desde el año de 1600 hasta 1640, Pamplona, v. I, Pamplona 1798, 354-373; A. Canellas López, Gerónimo Zurita y Castro, en: Gran Enciclopedia Aragonesa XII, 3426 (ed. 1984); F. Solano, Jerónimo Zurita, en: Jerónimo Zurita su época y su escuela (Congreso Nacional), Zaragoza (1983) 1986, 23-52; H. Gimeno Pascual, Historia de la investigación epigráfica en España en los siglos XVI y XVII a la luz del recuperado manuscrito del Conde de Guimerá, Zaragoza, 1997; E. Baquedano - C. Caballero, Eduardo Saavedra: Un espíritu renacentista en: Eduardo Saavedra, Descripción de la Via Romana entre Uxama y Augustobriga, Soria, 2000, 20.
Diseño Web Susana Vázquez